La Venganza Continúa: El Destino de Jenny

Horror 21 to 35 years old 2000 to 5000 words Spanish

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Ha pasado un año desde que Jenny fue reducida y atrapada en un globo por sus figuras de acción. Al principio, el silencio en la habitación era música para sus oídos, un respiro de las constantes quejas y abusos que habían sufrido a manos de su coleccionista.
Pero el silencio se volvió sofocante. Jenny, ahora una figura de acción ella misma, pasaba los días en su globo, inmóvil, con la mente inundada de arrepentimiento y terror. Sus súplicas de libertad resonaban en la oscuridad, rogando a las figuras que tuvieran piedad.
Al principio, las figuras la ignoraron. Estaban demasiado absortas en disfrutar su venganza. Kelly Kelly, la líder no oficial del grupo, se encargaba de mantener el orden y recordarles la brutalidad de Jenny. Pero incluso para Kelly, las súplicas incesantes comenzaron a desgastarla.
Una noche, mientras las sombras se alargaban en la habitación, Kelly reunió a las otras figuras en la estantería. 'No puedo más con esto', dijo con un susurro. 'Sus gritos... me están volviendo loca'.
Velvet Sky, siempre la más impaciente, rodó los ojos de plástico. '¿Y qué sugieres? ¿La dejamos ir? ¡Después de todo lo que nos hizo!'
Kelly negó con la cabeza. 'No. Pero... no podemos dejarla así para siempre. Necesitamos una solución'.
La discusión se prolongó durante horas, con cada figura aportando ideas. Algunas sugirieron torturas creativas, otras abogaban por el silencio eterno. Finalmente, Melina, la estratega del grupo, propuso una idea radical: vender a Jenny.
'Venderla?', preguntó Trish Stratus, incrédula. '¿A quién le compraríamos una figura de acción llorona y arrepentida?'
'A alguien que no sepa su historia', respondió Melina con una sonrisa fría. 'Alguien que la vea como una muñeca normal'.
La idea, al principio impactante, comenzó a tomar forma. Podrían vestirla, la peinan para disimular su aspecto descuidado, le ponen un vestido para darle un aire de inocencia. Podrían tomarle fotos y publicarlas en internet, buscando un comprador que la valorara, o al menos, que la ignorara.
La mañana siguiente, las figuras pusieron en marcha su plan. Sacaron a Jenny de su globo, encontrándola temblorosa y demacrada. Sus ojos, antes llenos de vida, ahora estaban apagados y llenos de miedo.
'¿Qué... qué van a hacer conmigo?', balbuceó Jenny con voz apenas audible.
Kelly se acercó a ella, su expresión neutral. 'Vamos a darte una segunda oportunidad, Jenny. Pero esta vez, tienes que seguir nuestras reglas'.
La peinaron con cuidado, tratando de alisar su cabello enmarañado. Le pusieron un vestido infantil con volantes y la maquillaron suavemente. Intentaban que se pareciera a una muñeca en venta, lista para su nuevo hogar.
Jenny observaba cada uno de sus movimientos, el terror en aumento. No entendía por qué se estaban tomando tantas molestias. 'Por favor, díganme qué está pasando', suplicó.
Las figuras ignoraron sus súplicas, concentradas en su tarea. Una vez que estuvo lista, le tomaron fotos con sus celulares: Jenny sentada en la cama, sosteniendo un oso de peluche, sonriendo a regañadientes bajo las estrictas órdenes de sus captores.
Publicaron las fotos en varias páginas de venta de muñecas, acompañadas de una descripción que resaltaba su buen estado y su adorable aspecto. Esperaron, con la respiración contenida, la respuesta del público.
No pasó mucho tiempo antes de que recibieran una oferta. Una madre, buscando el regalo perfecto para su hija pequeña, quedó encantada con la apariencia dulce de Jenny y ofreció una buena suma de dinero por ella.
Las figuras de acción celebraron su éxito en silencio. Habían encontrado una forma de deshacerse de Jenny sin tener que ensuciarse las manos.
El siguiente paso era el embalaje. Encontraron una página web que ofrecía cajas personalizadas para muñecas y diseñaron una especialmente para Jenny. Imprimieron una foto de ella sonriendo y la pegaron en el exterior de la caja.
Dentro de la caja, la ataron cuidadosamente a un soporte de plástico, asegurándose de que no pudiera moverse durante el transporte. Jenny, al ver lo que le hacían, se hundió en la desesperación.
'¡Por favor, no hagan esto!', gritó. '¡No me vendan como si fuera un objeto! ¡Soy una persona!'
Kelly se inclinó hacia ella, su rostro sin mostrar ninguna emoción. 'Aquí están las reglas, Jenny', dijo con frialdad. 'No puedes moverte ni hablar en presencia de humanos. Si lo haces, las consecuencias serán terribles'.
'¡Pero ustedes se movieron y hablaron frente a mí!', protestó Jenny.
Kelly sonrió con malicia. 'Nosotras tenemos una excepción. Podemos movernos y hablar cuando los humanos no nos ven, cuando están dormidos o fuera de la habitación'.
El terror invadió a Jenny. Se dio cuenta de que su pesadilla no había terminado, sino que solo estaba entrando en un nuevo y horrible capítulo. Estaba a punto de convertirse en una mera posesión, condenada al silencio eterno y a la compañía de una niña inocente que nunca sabría la verdad sobre su origen.
Mientras la caja se cerraba, dejando a Jenny en la oscuridad, una última lágrima rodó por su mejilla de plástico. Sabía que su venganza no había traído la paz, sino solo un nuevo ciclo de sufrimiento y opresión.